Desde FAPA Cantabria queremos empezar mostrando nuestro reconocimiento a la comisión del Consejo Escolar de Cantabria, de la que también ha formado parte esta Federación, que durante estos meses ha estado trabajando para estudiar la implantación del nuevo calendario escolar de forma objetiva e independiente.
Una vez finalizado y presentado este informe vemos constatadas algunas de las cuestiones que ya hemos venido indicado.
En primer lugar, ha quedado en evidencia que las medidas de conciliación adoptadas para paliar los cambios en el calendario no han sido suficientes, por lo que es necesario que las distintas administraciones se coordinen para que este problema desaparezca. Y la forma de que esto suceda totalmente no es sino la de avanzar hacia una legislación laboral que haga que la conciliación no sea un problema para las familias.
Otra circunstancia que ha puesto de manifiesto el informe ha sido la excesiva carga de deberes en los periodos de vacaciones, y de exámenes justo a la vuelta de las mismas. Esta Federación ya comunicó este aspecto a la Consejería de Educación tras la semana de vacaciones de octubre pero el problema se ha seguido repitiendo a lo largo del curso. Este tema resulta especialmente llamativo cuando estamos hablando de un calendario escolar que se nos ha presentado precisamente como bueno para facilitar el descanso del alumnado.
Y en el caso concreto de secundaria, el curso ha sido muy problemático por diversos aspectos, y el nuevo reparto de los descanso no ha hecho sino incrementar este aspecto.
Por último, queremos mostrar nuestro parecer en relación a una de las recomendaciones del informe, que plantea estudiar la posible independencia de los centros a la hora de decidir el número de evaluaciones que se realicen. Entendiendo que esto se plantea como una forma de facilitar a los centros que pongan en marcha diferentes proyectos, creemos que este es un tema delicado que se debe de estudiar en profundidad. La disparidad del número de evaluaciones entre centros puede convertirse en una forma más de crear “rankings” a la hora de que las familias decidan a cual llevan a sus hijos e hijas, algo que sin duda va en sentido contrario de conseguir una escuela pública de calidad que haga que el mejor centro para nuestros hijos sea el de nuestro barrio.
En resumen, creemos que aun quedan muchos pasos a dar para poder decir que este calendario ha sido asimilado por la sociedad, y que la Consejería de Educación tiene la responsabilidad de hacerlo si quiere que veamos que el objetivo principal del cambio era buscar el beneficio del alumnado.
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